Un viaje al fondo del Internet

Dependiendo de dónde se encuentre ahora, estas palabras pueden haber llegado a miles de kilómetros, a través de la parte inferior de varios océanos, a casi la velocidad de la luz, para llegar a su pantalla. Sí. El. Internet. Es. magia.

«Hace unos meses, mi amigo Lo y yo tuvimos un desafío por el canal de YouTube What’s Inside. ¿Podríamos poner nuestras manos en un pedazo de un cable submarino de Internet, así que podrían intentar cortarlo por la mitad? No sabíamos cómo nos gustaría hacer esto, pero pensé que había una manera (un montón de correos electrónicos). Y por supuesto, estábamos emocionados de encontrar las respuestas a nuestras propias preguntas sobre estos cables en el proceso».

¿Cuántos cables de Internet submarinos hay? (Más de 250 cables activos de fibra óptica que conectan ciudades y centros de datos en todo el mundo.) ¿Cuál es la historia de estos cables? (El primer cable telegráfico transatlántico tiene más de 150 años de antigüedad). ¿Los tiburones realmente los muerden? (Sí, pero no representan una amenaza tan grande como los titulares de internet podrían llevarlo a creer.) ¿Cuánto tráfico pueden manejar? (El equivalente a 10 millones de videos de YouTube por segundo.) ¿Cuán grandes son? (Mas finito que un burrito del desayuno.)

«Nuestra búsqueda de un cable nos llevó a New Hampshire para visitar una de las fábricas que los crea, así como a bordo de un barco para ver el cable de Monet que se carga en él. Nuestro viaje también nos enseñó cosas que nunca sabía que pedir. Por ejemplo, el Internet huele a una calzada recién pavimentada. Y cuando estos cables son cargados en el barco, están enrollados a mano. Lo que significa que son literalmente caminó toda la distancia que finalmente se extienden. (En el caso del cable Monet, de Florida a Brasil.)»

Si aún no lo ha hecho, por favor vea la versión de vídeo de esta historia https://www.youtube.com/watch?v=H9R4tznCNB0 para que pueda ver por sí mismo lo que es una parte fascinante y larga de Internet en estos cables. No sólo sus palabras viajan potencialmente miles de kilómetros y por la profundidad del océano para llegar a mí, pero tal vez un día, voy a llegar a viajar a alguna esquina muy lejana de Internet para traer de vuelta una respuesta a usted.